Es un honor dirigirme a ustedes para presentar el Código de Ética de nuestra institución, un logro significativo que ha surgido gracias a la colaboración conjunta de todo nuestro equipo. Este código, fruto de un esfuerzo continuo desde la fundación del Comité de Ética el 29 de marzo de 2017 y su reciente actualización, se integra de manera completa en el sistema de integridad de la Agencia.

La creación de este Código de Ética es un componente esencial de la Agenda de Probidad y Transparencia promovida por el Estado, que busca elevar la calidad del desempeño laboral diario y fortalecer la confianza en nuestras acciones institucionales. Asimismo, la búsqueda de principios y valores esenciales que guíen de manera apropiada el ejercicio de la función pública, adaptándose a la realidad única de InvestChile, ha sido uno de los objetivos centrales de esta reciente actualización. En este sentido, hemos seguido las directrices proporcionadas por la Dirección Nacional del Servicio Civil, así como el Instructivo Presidencial, utilizando también mecanismos participativos internos.

Es relevante resaltar que cada integrante tuvo la oportunidad de expresar sus opiniones mediante una encuesta anónima y participar en sesiones de focus group. Luego de ello, seleccionamos con atención los conceptos que mejor reflejan nuestra identidad. Posteriormente, a través de entrevistas realizadas por una red de personas especializadas, refinamos y detallamos estos conceptos, permitiendo al Comité de Ética redactar los valores que mejor representan el deber ser de nuestra conducta laboral.

Nuestra meta es que la Agencia continúe avanzando en la internalización de los criterios éticos que actualmente guían la conducta de su personal, abarcando aspectos como la perspectiva de género y el lenguaje no sexista. Estos valores éticos se entrelazan de manera coherente con los principios que regulan nuestra gestión estratégica, tal como se expresan en la Visión, Misión y Valores Institucionales.

Este documento expresa nuestro deseo por ser mejores, por mantener los más altos estándares de transparencia, probidad y excelencia en lo que hacemos. Nos entrega mecanismos de control, pero también de diálogo, y nos ofrece espacios y directrices para una mejora continua de nuestra gestión diaria.